martes, 21 de enero de 2014

Rainier 19 Enero 2014, ascenso invernal

El año pasado no pudo ser por el viento, después de una dura pelea me tuve que bajar… este año, cuando desde mi saco escuchaba soplar el viento, me decía, éste me parece que tampoco, una cordada salía sobre las once de la noche a cumbre, cuando soplaba bastante; cuando nosotros salíamos del refugio a las tres de la mañana, y veo las dos luces que descendían me dije, tampoco se puede, pero… se dieron la vuelta por un problema de crampones y nos dicen que el viento ha bajado mucho.
Es verdad, el viento ha bajado mucho, hay luna llena, se ve como de día y la previsión es buena, … vamos!!!

El Rainier es un volcán que en invierno no da muchas oportunidades; que se crucen los astros de fin de semana, viento aceptable y tiempo libre, no pasa a menudo y hay que aprovecharlo. Un 4.400m, a esta latitud, en un fin de semana,  viviendo a nivel del mar, hay que estar predispuesto que no lo vas a pasar muy bien.  Son 2.800 m de desnivel  desde Paradise (repartidos en dos días).
La previsión no es clara al 100%, no hay ausencia de viento, pero hay que estar allí, le propuse a Alex mi intención.


En el refugio sólo otra cordada y nosotros van a intentar cumbre, la otra se dio la vuelta cuando salíamos, hoy la cumbre sólo nos espera a nosotros.



Sorprendentemente, le dije a Alex que no quería salir más tarde de las tres y a las tres estamos en marcha, por una vez Alex está listo a tiempo.
Luna llena, el viento ha bajado mucho y avanzamos rápido por el glaciar Cowlitz. Vamos camino de los Gibraltar Ledges, tan metidos en ir para arriba que nos confundimos a la entrada de los Ledges y tenemos que hacer un numerito nocturno de mixto para cogerlos. En la nieve con la luna veíamos bien, pero en la zona de roca nos despistamos.




Lo encontramos muy seco para ser invierno, poca nieve éste año, pero asequible para ir sin cuerda, terreno mixto y con una nieve y hielo aceptable. En dos horas estamos en los Ledges y en otra hora y media más, cuando amanece, estamos fuera, justo para disfrutar del amanecer desde un sitio privilegiado.



A partir de aquí nos encordamos por entrar en terreno de grietas glaciares, de hecho, nada más salir encordados, siento debajo de los pies ese crujido acongojante que todo el que ha caminado por un glaciar alguna vez ha sentido, vale, usamos la cuerda….











Unas grietas más arriba, lucha con el viento,  la altura y el frío, que según vamos ascendiendo se deja sentir con más intensidad, nos asomamos en el borde del cráter de la cumbre, son las nueve y media.



El viento sopla cada vez más, pero le señalo a Alex la cumbre, sí,… yo no me bajo sin llegar a ella, media hora más de pelea y  nos plantamos en lo más alto, o mejor dicho, peleamos por mantenernos de pie, casi no podemos ni sacar fotos del viento y frío que hace, mi cámara pide cambio de batería, pierdo una batería por  inutilidad con las manoplas… vaya, Alex consigue hacer alguna y nos bajamos, sin comer, ni beber( el agua se ha congelado dentro de la mochila con funda de neopreno y con isotónico)… parece que hace frío.















En 11 horas desde que salimos estamos de regreso en el refugio, empacar y a toda mecha para abajo,

 a Paradise, a 1.600m, que la portilla la cierran a las cinco, otra vez por los pelos…. Un día largo, 1.400m de subida y 2.800m de descenso del tirón… y a currar que es otro día.